León XIV ensalza a un sacerdote de Almería que salvó la vida de un bebé y a 124 mártires de Jaén perseguidos por odio a la fe

El Pontífice ha aprobado los decretos para la beatificación de los mártires jienenses de la Guerra Civil y de Salvador Valera, el sacerdote almeriense que entregó su vida a los más pobres 

LEON XIV

José Melero Campos

Publicado el - Actualizado

4 min lectura

El Papa León XIV ha aprobado los decretos de martirio de un total de 124 españoles que fueron asesinados por odio a la fe durante la persecución de la década de los años treinta, pertenecientes todos ellos a la diócesis de Jaén y que serán beatificados. A su vez, el Pontífice americano ha aprobado el milagro que hará beato al almeriense Salvador Valera Parra, conocido como el 'Cura Valera'.

Decretos que han sido aprobados durante la audiencia del Santo Padre con el cardenal Marcello Semeraro, Prefecto del Dicasterio para las Causas de los Santos.

El obispo de Jaén celebra la beatificación de los 124 mártires: “Es un día grande para la historia de la fe”

El obispo de Jaén ha acogido con alegría la beatificación de estos 124 mártires de la Iglesia, de los cuales 109 son sacerdotes, una religiosa y catorce laicos que dieron su vida por amor a Cristo, y ha anunciado que la beatificación tendrá lugar en Jaén.

Entre los mártires se encuentra el sacerdote Manuel Izquierdo y 58 compañeros de la diócesis jienense, asesinados entre 1936 y 1938, por odio a la fe, en diferentes lugares de España, en el contexto de la misma persecución en diferentes puntos de la geografía española.

Por otro lado y en diferente causa se encuentra el sacerdote Antonio Montañés Chiquero y otros 64 compañeros, asesinados en este caso entre 1936 y 1937, por odio a la fe, también en diferentes lugares de nuestro país.

El obispo Sebastián Chico ha comentado en un vídeo que “es un día grande para la historia de la fe de la Iglesia de Jaén”, después de que el Pontífice haya reconocido que estos 124 Siervos del Señor “ofreciesen su vida en fidelidad al Evangelio”.

Su sangre no fue en vano: es semilla de vida nueva, de fe renovada. Recordarlos no es mirar al pasado con tristeza, sino abrazar el futuro con valentía. Porque su testimonio martirial brilla por encima de las sombras de la historia y de la fragilidad del mundo”, ha subrayado el titular de la diócesis de Jaén.

La historia de fe de algunos de los mártires de Jaén que serán beatificados

Entre los 124 mártires que serán beatificados, sacerdotes, religiosa y laicos, hay perfiles diversos con grandes testimonios de fe detrás de cada historia.

Entre ellos destaca el Padre Francisco de Paula Padilla, después de que ofreciese su muerte para que fuese liberado su compañero José, padre de familia con seis hijos que se encontraba en prisión.

  

El doctor que se entregó a los más pobres, Pedro Sandoica y Granados, será otro de los beatos que fueron ejecutados durante la contienda por el odio a la fe. Un laico comprometido en tareas apostólicas y de piedad. Casado y sin descendencia, en la localidad de Villargordo se da frecuentemente el nombre de “Pedro María” como prueba de los varios niños pobres que el matrimonio apadrinaba desde su nacimiento, ayudándoles a lo largo de su vida en sus estudios o hasta conseguir una formación necesaria.

También destaca la figura de Obdulia Puchol Merino, seglar que desde que quedó viuda se dedicó a hacer obras de caridad apostolado y de piedad. Su obra más importante de caridad consistió en la creación de una residencia para personas sin hogar, en la cual les facilitaba alimentos, dormitorio y servicios sanitarios si es que los precisaban.

Salvador Valera, el sacerdote que dedicó su vida a los pobres 

El Padre Salvador Valera nació en la localidad almeriense de Huércal-Overa el 27 de febrero de 1816 en el seno de una familia pobre y humilde, en un tiempo difícil por la presencia de continuas epidemias, hambrunas y persecuciones a la fe.

Salvador Valera

Ordenado sacerdote a los 24 años en 1838, destacaba por su humildad profunda, sencillez, generosidad y caridad. Siempre dispuesto a repartir su comida y vestidos, el Padre Valera pasa las noches en vela cuidando enfermos y moribundos, ofreciendo a todos el auxilio espiritual.

Ante el peligro de terremotos nunca quiso abandonar a su pueblo si no lo hacían también los presos a los que socorría.

El bebé de eeuu que sobrevivió gracias al Padre valera

El milagro reconocido a su intercesión tuvo lugar la noche del 14 de enero de 2007, cuando el niño Tyquan Hall nació en el Memorial Hospital de Rhode Island en Providence (Estados Unidos), pero apenas tiene pulso y respira, tiene una frecuencia cardíaca baja, está pálido y cianótico.

La situación se presentaba grave. Iniciados los protocolos de recuperación neonatal, una hora después no se aprecian signos de mejoría, la enfermera no le encuentra el pulso ni el latido del corazón. El médico que lo atiende, Juan Sánchez-Esteban, natural de Huércal-Overa, en su desesperación, se acuerda de lo que sus padres le han enseñado desde pequeño, y pide la intercesión de su paisano con una oración: “Cura Valera, he hecho todo lo que ha sido posible, ahora te toca a ti”.

Sánchez-Esteban comienza a caminar por el pasillo para ir a comunicar a los padres la muerte de su hijo, pero la enfermera avisa al médico de que el niño se está recuperando. Unos minutos después de la oración, el niño comenzó a respirar y a latir su corazón con normalidad. Tras este difícil episodio, Tyquan debería haber quedado afectado por daños en su desarrollo como una parálisis cerebral y discapacidad mental y física, en el área del lenguaje y de la motricidad, pero no queda en él secuela alguna.

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