La postura de los papas y de la Iglesia ante el armamento y la energía nuclear: "Es importante distinguir entre ambas"
Con algunas concesiones temporales por la disuasión nuclear durante la Guerra Fría, la Iglesia se ha mantenido firme en su rechazo al armamento de este tipo desde el pontificado de Pío XII

La Iglesia ha sido pionera en enfrentarse al armamento nuclear
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Pío XII vivió los dos primeros y últimos ataques contra población civil con este tipo de armamento, desde el principio lo calificó de inmoral y, más adelante, con el mundo al borde de una devastadora guerra atómica fue muy contundente: "No habrá grito de victoria, sino sólo el llanto inconsolable de la humanidad, que contemplará desolada la catástrofe debida a su propia locura". A partir de entonces, todos los pontífices han tenido, en mayor o menor medida, que lidiar con estas armas de destrucción masiva.
Todo un reto para los papas
Juan XXIII hizo frente a la crisis de los misiles en Cuba, Pablo VI vivió la firma del tratado de No Proliferación y calificó el arma como "la mayor amenaza contra la humanidad"; Juan Pablo II, en los últimos coletazos de la Guerra Fría, se encontró con un mundo armado y con la fuerza necesaria para aniquilarse a sí mismo: "Nuestro futuro en este planeta, expuesto como está a la aniquilación nuclear, depende de un único factor: la humanidad debe volver su rostro a la moral"; Benedicto y Francisco, en un mundo en el que esa amenaza parecía más lejana, abogaron por el desarme y calificaron el arma como innecesaria. Hoy, León XIV se encuentra ante un panorama internacional muy desafiante, con varias potencias nucleares directa o indirectamente envueltas en conflictos bélicos y la amenaza de una explosión atómica sobrevuela de nuevo los cielos de la Tierra.

Bombardero B-2 estadounidense soltando una bomba
Sin ir más lejos, este fin de semana Estados Unidos ha bombardeado instalaciones nucleares iraníes, alegando que se utilizaban para desarrollar armamento, mientras que los persas aseguraban que se tratan de meras plantas energéticas para uso civil y pacífico.
El uso ético de la tecnología nuclear
Es importante distinguir entre ambos usos, por eso en 'Ecclesia Al Día', hemos hablado con José María Benlloch que es físico de partículas y miembro de la Sociedad de Científicos Católicos. "Hay que distinguir entre las armas y el uso de la energía nuclear o la investigación del núcleo atómico, de hecho, yo me dedico a estudios médicos basados en la energía nuclear, que son muy útiles para curar el cáncer". Estos usos están perfectamente contemplados por la Iglesia, que está de acuerdo con una investigación y un uso científico ético, cuando la seguridad esté garantizada.

Central Nuclear de Almaraz
"Para el uso de la energía nuclear solo hace falta un enriquecimiento del 3-4%, en cambio para una bomba atómica hace falta enriquecer en torno al 90% del uranio, por lo que es muy fácil distinguir sobre los usos y sobre el riesgo" nos cuenta Benlloch. De hecho, los reactores nucleares ahora son más seguros que nunca, volver a vivir un desastre como el de Chernóbil o incluso el de Fukushima es, ahora mismo, casi imposible.