"Habemus Papam" o "Extra Omnes": el diccionario para entender todo lo que ocurre en el cónclave para elegir un nuevo Papa
Antes, durante y tras el cónclave, una vez elegido el nuevo Papa, escucharemos una serie de expresiones, la mayoría de ellas en latín, que podría desconcertar a quienes no están puestos en la información vaticana. ¿Cuáles son y qué significan?

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El próximo 7 de mayo todos los ojos estarán puestos en el Vaticano, concretamente en la Capilla Sixtina, donde 133 cardenales de los cinco continentes elegirán al próximo Papa, después de la muerte de Francisco el pasado 21 de abril tras doce años de Pontificado.
El cónclave dará comienzo a las 16.30h, cuando los cardenales accederán a la capilla vestidos con sus paramentos rojos y entonando el cántico 'Vieni Creator'. Antes, durante y tras el cónclave, una vez elegido Papa, asistiremos a una serie de ritos y expresiones, la mayoría de ellas en latín, que podría desconcertar a quienes no están muy puestos en la información vaticana, pero que sin duda estarán pendientes de quien será el próximo vicario de Dios en la tierra.
A continuación, vamos a enumerar algunas de estas expresiones propias del cónclave.
'Misa Pro Eligendo Pontifice'
Horas antes de iniciarse el cónclave, a las 10h, los cardenales celebrarán la llamada 'Misa Pro Eligendo Pontifice', con el fin de invocar la inspiración divina sobre la elección del próximo Sucesor de Pedro.
Vestidos con sus paramentos rojos, cada uno renueva el juramento de secreto, comprometiéndose a no revelar jamás nada de lo que ocurra entre esos muros.
“Extra omnes!”
Este término significa en castellano “¡Todos fuera!”, que pronuncia el Maestro de Ceremonias Pontificio en el momento en el que los cardenales ingresan en la Capilla Sixtina y el resto de personas deben abandonar la sala para evitar influencias externas.
Desde ese instante, solo los cardenales bajo juramento y un pequeño grupo de asistentes esenciales permanecen en el interior.
'Scrutinium'
Una vez cerradas las puertas de la Capilla Sixtina, los cardenales, procederán a la votación formal, conocido como 'scrutinium'. Cada uno escribe el nombre de su candidato en una cédula electoral, la cual doblan cuidadosamente y depositan en una urna especial situada frente al altar.
En cada ronda de votación, los papeles utilizados son quemados. El resultado es anunciado no con palabras, sino con humo: humo negro ('fumata negra') si la elección ha fallado, o humo blanco si ya hay acuerdo y nuevo Papa, lo que se conoce como 'fumata blanca'.
"Acceptas electionem de te canonice factam in Summum Pontificem?"
Cuando un cardenal alcanza la mayoría requerida de dos tercios de los votos, el Decano del Colegio Cardenalicio se acerca al elegido y le formula en latín la pregunta ritual: "Acceptas electionem de te canonice factam in Summum Pontificem?" ("¿Aceptas tu elección canónica como Sumo Pontífice?").
El elegido puede aceptar o rechazar. Si acepta, responde simplemente "Accepto", sellando así su destino como líder espiritual de los católicos de todo el mundo.
"Quo nomine vis vocari?"
Una vez se ha elegido nuevo Papa, el Decano del Colegio Cardenalicio le plantea una nueva pregunta al elegido: "Quo nomine vis vocari?" ("¿Con qué nombre quieres ser llamado?"). El nombre elegido no es un detalle menor: simboliza las intenciones, la espiritualidad y la herencia que el nuevo Papa quiere destacar en su Pontificado.
Luego, el nuevo Papa electo se retira a una pequeña sala adyacente, conocida como la Sala de las Lágrimas, donde se viste por primera vez con la sotana blanca.
El momento culminante: "Habemus Papam"
Una vez el nuevo Papa se ha ataviado con las vestimentas papales, el cardenal sale al Balcón de las Bendiciones de la Basílica de San Pedro. Es el momento en el que el cardenal Protodiácono proclama al mundo: "Annuntio vobis gaudium magnum: Habemus Papam!" ("¡Os anuncio una gran alegría: tenemos Papa!").
La fórmula incluye el nombre civil del nuevo Pontífice, su procedencia y el nombre papal que ha adoptado.
Minutos después, el nuevo Papa aparece en el mismo balcón para impartir su primera bendición 'Urbi et Orbi', extendiendo su mano en signo de paz y unidad.