El viaje de superación de Marichu Suárez: de la lucha contra la infertilidad a la maternidad y la “bendita normalidad”

Marichu Suárez madre de once hijos e instagrammer, comparte en 'Ecclesia es Domingo' su historia de superación de la infertilidad y de cómo la naprotecnología le permitió cumplir su vocación de madre

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Sofia Gómez Pérez

Madrid - Publicado el

4 min lectura

Marichu Suárez es una madre de 11 hijos, "tres en la tierra, ocho en el cielo" (siete embriones y un aborto), e instagrammer,  que utiliza sus redes para visibilizar y normalizar temas relacionados con la infertilidad, la maternidad y el duelo, comparte en 'Ecclesia es Domingo' de TRECE su conmovedora historia de superación ante la infertilidad, un camino marcado por el dolor, la fe y el descubrimiento del verdadero valor de la vida y la familia. 

Casada muy joven tras conocer a su marido en un viaje de esquí, la pareja deseaba tener hijos desde el principio, una vocación que Marichu sentía desde pequeña. Sin embargo, tras meses de espera, los bebés no llegaban, lo que la llevó a consultar con un ginecólogo debido a una preocupación anterior que se debía a  un problema de amenorrea.

 Un Deseo y Primeros Obstáculos  

Aunque en un principio le dijeron que estaba bien, la falta de embarazo les llevó a considerar las clínicas de reproducción asistida. Marichu describe este periodo como "un bache bien gordo" para su matrimonio, especialmente al ser recién casados. La gran publicidad sobre la reproducción asistida les hizo comenzar tratamientos sin investigar a fondo, sin pensar en dilemas éticos o su fe, solo impulsados por el "deseo" y "el anhelo de ser padres".

El camino no fue el esperado. Tras dos tratamientos de fecundación in vitro, "siete embriones pasaron por esos tratamientos, ninguno se quedó con nosotros, fue negativo tras negativo". Una supuesta incompatibilidad genética, un diagnóstico que Marichu consideró "triste" y que le pareció "frío, feo", no impidió que continuaran sin éxito....

 Un Punto de Inflexión  

Esta etapa la hundió en un "pozo super negro" explica Marichu. Tocó fondo, pero un momento de escucha de una canción de Hakuna la llevó a lo que describe como una "especie de conversión". Decidió poner el peso de su dolor en las manos de Dios, sintiendo que "sí estoy harta, no puedo más". A partir de ese instante, "decidimos poner el foco en lo que teníamos ya", aprendiendo a soltar la necesidad de planificarlo todo y redescubriendo la felicidad en lo presente.

De ese resurgir nació la idea de abrir una cuenta de Instagram para compartir su experiencia y demostrar que "se pueda ser feliz en este duelo y en este dolor". Su objetivo era "dar voz a la infertilidad", un problema que afecta a muchísima gente – una de cada seis personas tiene problemas de fertilidad. A través de esta plataforma, compartió lecciones aprendidas: "pasa tiempo en matrimonio, pon el foco en lo que tienes, no te compares, no planifiques tanto".

 Una Nueva Esperanza: La Naprotecnología  

Mientras iniciaban un proceso de adopción internacional, sus seguidoras empezaron a hablarle de la Naprotecnología. Aunque Marichu se mostró escéptica en un primer momento, decidió probarla y "descubrieron muchas otras cosas" en su caso, como una trompa obstruida y un fallo ovulatorio. Tras recibir tratamiento, "me quedé embarazada al segundo mes, rapidísimo" expresa Marichu. Una noticia que fue recibida con incredulidad: "fue el corazón a 2000, imposible después de centenas de de test negativos".

 El Milagro de la Maternidad y el Apoyo del Esposo  

El primer embarazo, vivido con miedo por riesgo de aborto, fue seguido por la clínica de Naprotecnología, lo que les dio "mucha paz". Tener a su primer hijo en brazos fue un "milagrazo". Marichu cree que quienes han pasado por esto "somos muy conscientes del tesoro que tenemos". Después llegarían otros dos hijos de forma espontánea, lo que atribuye a que la Naprotecnología "te cura los problemas que hay de base"

Destaca el papel fundamental de su marido, quien se mantuvo "superfirme" y la apoyó emocionalmente. Ellos sintieron "algo nos decía que teníamos que parar" con los tratamientos de reproducción asistida tras el séptimo intento con embriones.

 El Valor de la Vida y la Normalidad  

Marichu es madre de 11 hijos, "tres en la tierra, ocho en el cielo" (siete embriones y un aborto) como bien explica. Le resulta incomprensible el aborto provocado, afirmando que "es lo que peor llevo con muchísima diferencia", viéndolo como un "retraso como sociedad" ante la falta de apoyo a las madres. Insiste en que "Es un milagrazo, una vida y bienvenidas ya siempre", valorando estar juntos en casa con salud.

Dos lemas guían su vida: "La vida es un milagro" y "bendita normalidad". El segundo surgió tras un año complicado, dándose cuenta de que "infravaloramos muchísimo nuestra rutina y normalidad" y que "nada nos puede hacer más felices que estar todos juntos en casa". Para Marichu, la fe es "un pilar fundamental" para gestionar el dolor de la infertilidad, animando a "intentar redirigir esa vocación" hacia otras misiones que Dios nos da. Celebra el Día de la Madre con esa "bendita normalidad", valorando estar juntos en casa con salud. 

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