Jesús, Hijo de Dios vivo
Escucha la Firma de José Luis Restán del lunes 12 de mayo

Escucha la Firma de José Luis Restán del lunes 12 de mayo
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Casi nadie lo ha destacado, pero en la Misa que concelebró con los cardenales horas después de ser elegido Papa, León XIV afirmó que no hay tarea más urgente para la Iglesia que comunicar al mundo que Jesús, el Hijo de Dios vivo, es el único que salva al hombre. Y esa tarea se llevará a cabo, no tanto gracias a la magnificencia de las estructuras de la Iglesia, sino por la santidad de sus miembros. También puso especial énfasis en señalar la tentación actualísima de reducir a Jesús a uno de tantos profetas de la historia, a un líder carismático o a una especie de superhombre, y eso, advirtió, sucede también entre muchos bautizados, que viven una especie de ateísmo práctico. Por eso es tan urgente el testimonio de que Jesús es el salvador, y tendremos que hacerlo en contextos donde los creyentes somos ridiculizados o marginados, como advirtió el Papa.
Si la impronta jesuítica fue sustancial en el pontificado de Francisco, la orientación agustiniana está presente desde el primer saludo de León XIV. Pienso que esa orientación, en lo que se refiere al diálogo de Cristo con el corazón del hombre, y a la presencia de la Iglesia en una sociedad marcada por la ignorancia de la Tradición cristiana, puede ser especialmente útil en este momento. Francisco hablaba de la Iglesia como “hospital de campaña”. León XIV ha hablado de ella como “faro que ilumina las noches del mundo”. No hay entre estas dos imágenes contradicción sino complementariedad. Los primeros pasos del nuevo Papa desvelan lo ridículos que son algunos esquemas empleados para explicar los acontecimientos que hemos vivido estos días. Se trata de la confesión valiente y libre de la fe en Cristo, como hizo aquel otro León llamado Magno ante la furia de Atila. Y del modo en que la inteligencia que nace de esa fe puede plasmar un mundo más humano en medio de todos sus cambios históricos, como entendió perfectamente León XIII a finales del siglo XIX.