

"Todos los ojos se vuelven ahora hacia el Vaticano, el Estado más pequeño del mundo, en busca de respuestas de alcance universal"
Escucha el monólogo de Jorge Bustos del jueves 8 de mayo desde el Vaticano
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Acaba de disiparse el humo negro de la segunda fumata de este cónclave, que es el más nutrido y el más diverso de la historia: 133 cardenales electores de 71 países diferentes. Se necesita una mayoría cualificada de dos tercios para elegir papa: eso significa un mínimo de 89 votos. Y eso significa poner de acuerdo a Oriente, a Occidente, al Norte y al Sur. Todo el mundo católico debe unirse en torno a una figura que no sea la que a cada elector le gustaría personalmente, sino la que mejor representa a todos a la vez. Ya quisieran democracias como la española funcionar con el nivel de consenso que se le exige al cónclave vaticano, eh.
Anoche estábamos aquí, en esta misma plaza de San Pedro que ya es como la segunda casa de Mediodía COPE, y pasamos cuatro horas esperando la primera fumata, que se produjo finalmente al filo de las nueve de la noche. Estaba prevista en principio para la siete y media, pero ya se sabe que los caminos del Señor son inescrutables. Unas 45.000 almas de todos los colores, edades y naciones nos apretábamos en esta plaza mirando el minúsculo cilindro que emerge del techo de la Sixtina. Bueno, en realidad no es tan minúsculo: tiene veintipico metros en total, dos de ellos asomando por el exterior del tejado, pero desde el fondo de la plaza esa chimenea que centra en estos momentos la atención de todo el planeta se ve muy pequeñita. Eso sí, el humo se percibe con absoluta claridad.
El mundo es cada vez más complejo y peligroso: celebramos los 80 años del fin de la Segunda Guerra Mundial con la alianza entre Europa y Estados Unidos más dañada que nunca"
Copresentador de 'Mediodía COPE'
Dice Austin Ivereigh, biógrafo del Papa Francisco y periodista británico de prestigio, que la demora de anoche se debió al bueno de don Raniero Cantalamessa, el predicador de los cardenales, que al parecer se enrolló más de la cuenta. Le dieron 15 minutos de homilía y se tomó 50. Pero es normal: es un predicador. Bastante peor es lo de Pedro Sánchez. Tres horas se pasó ayer moviendo cubiletes en el Congreso, evadiendo su responsabilidad en el apagón, evitando reconocer las consecuencias del abuso de las renovables para el equilibrio de nuestro sistema, escamoteando el origen de esos 10.400 millones de incremento del gasto militar que ha anunciado y señalando nuevos villanos para su hinchada: ahora los culpables de todo son los “ultrarricos” de la energía nuclear. En fin. Yo prefiero a Cantalamessa que a un cantamañanas.
Y ahora qué. Pues aquí en Roma el día solo acaba de empezar. Y puede ser el día clave del cón…clave. Porque ya se han celebrado las dos votaciones de la mañana, que no han reunido el consenso necesario. Pero quedan dos votaciones más esta tarde. Y seguro que a estas alturas ya habrá dentro de la capilla dos o tres candidatos destacándose del pelotón. Y quizá al filo de las ocho o las nueve de esta noche, alguno cruce definitivamente la meta y veamos por fin el humo blanco elevándose del techo de la Sixtina. Te recuerdo que tanto el Papa Francisco como Benedicto XVI salieron elegidos en el segundo día del cónclave, y ese día es hoy. Si ocurre, ahí estará Cope para contarlo.
La expectación aquí crece por momentos. La jornada promete ser larga e intensa. Estamos en El Vaticano, el país más pequeño del mundo. Pero el mundo es cada vez más complejo y peligroso: celebramos los 80 años del fin de la Segunda Guerra Mundial con la alianza entre Europa y Estados Unidos más dañada que nunca. Rebrotan los conflictos en el Este, en Oriente Próximo, ahora también en la India. Lo decía el cardenal decano Giovanni Battista Re ayer en la misa de preparación del cónclave: en este momento difícil necesitamos unidad. Necesitamos reafirmar un orden mundial basado en la dignidad y la libertad de la persona. Necesitamos un rearme moral. Y todos los ojos se vuelven ahora hacia el Vaticano, el Estado más pequeño del mundo, en busca de respuestas de alcance universal. Veremos si esa respuesta empieza a llegar hoy, en forma de humo blanco, saliendo por la chimenea de la Capilla Sixtina".