Una beca para trabajar en uno de los laboratorios más punteros del mundo

Marc Expòsit y Alfredo Quijano comparten algo más que vocación científica. Son dos jóvenes españoles que llegaron a uno de los laboratorios más punteros del mundo: el Baker Lab, en la University of Washington. Allí trabajaron junto al recién galardonado Nobel de Química, David Baker.

Lo consiguieron gracias a una beca de la Fundación "La Caixa". Para Marc, esa beca fue clave para ser admitido en el doctorado. Alfredo destaca que el apoyo no fue sólo económico: "Te guían en un sistema educativo tan complejo como el estadounidense", dice. En el Baker Lab se diseña vida: proteínas creadas desde cero con inteligencia artificial. Marc investiga citoquinas, pequeñas proteínas que ayudan a tratar enfermedades como el cáncer. Alfredo aplicó ese conocimiento al diagnóstico y fundó su propia empresa: Monod Bio, dedicada a mejorar herramientas médicas con IA.

Ambos investigadores coinciden en algo: sin la beca de la Fundación "La Caixa" no estarían donde están. Y destacan otro valor que va más allá del laboratorio: la comunidad, una red de exbecarios que sigue activa y que ha sido clave para sus trayectorias.  Gracias a esa red, Marc conoció el trabajo de Alfredo, y Alfredo le recomendó postularse a la University of Washington. 

Hoy, Marc mira al futuro con la idea de volver a Cataluña, aunque no descarta seguir investigando o emprender en Estados Unidos. Alfredo, en cambio, apuesta por seguir impulsando la biotecnología desde su empresa. Pero ambos tienen algo claro: su camino empezó con una beca, y con una convicción compartida de que la ciencia puede cambiar el mundo.