Diego Garrocho: "Me temo que quienes nunca están dispuestos a asumir sus responsabilidades están muy cerca de convertirse en personas irrelevantes"
El profesor de Filosofía, Diego Garrocho, reflexiona sobre el verdadero significado del liderazgo y critica la falta de responsabilidad del presidente del gobierno

Madrid - Publicado el
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Pues me temo que líder es uno de esos términos que se han utilizado demasiado en los últimos tiempos. Quizá por eso existen hoy tantas escuelas y programas de liderazgo que aspiran a formar a quienes quieren ejercer una influencia. Un buen amigo, profesor en una reconocida escuela de negocios, suele decirme que la palabra líder ha triunfado porque sus equivalentes en nuestros idiomas resultan sencillamente inaceptables. Y creo que tiene razón, porque si repasamos alguno de esos equivalentes, como caudillo, führer o duce, la palabra deja de sonar tan inocente. Pero, más allá de los matices que rodean al término, creo que un verdadero líder se reconoce porque asume siempre la responsabilidad en primera persona. Los personajes pequeños o mendaces tienden siempre a escurrir el bulto. Un líder auténtico, en cambio, es aquel que se echa sobre los hombros incluso responsabilidades que no le corresponden directamente.
Pensaba en esta idea de liderazgo al observar la nula disposición de nuestro presidente para asumir responsabilidades sobre hechos que dependen directamente de su gobierno. En el apagón, le vimos culpar a los supuestos operadores privados o alimentar la hipótesis de un supuesto ataque. En el caso del bloqueo de la línea de AVE entre Sevilla y Madrid, no tardó en apuntar a un posible sabotaje. Y en la decisión sobre la OPA entre el BBVA y el Sabadell, Pedro Sánchez ha optado, una vez más, por escurrir el bulto y trasladar la responsabilidad a los ciudadanos.
Creo firmemente que, si actúas como si todo dependiera de ti, muchas cosas acabarán siendo consecuencia directa de tus acciones. Pero me temo que quienes nunca están dispuestos a asumir sus responsabilidades están muy cerca de convertirse en personas irrelevantes.