Un pueblo de Aragón rescata un idea olvidada de 2002 y consigue atraer población de toda España: una nueva oportunidad laboral
Una localidad del Pirineo con 160 habitantes censados ha recuperado una propuesta que les hizo un ingeniero agrónomo y que no consiguió financiación

Madrid - Publicado el
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Un pequeño municipio del Pirineo aragonés con 160 habitantes se ha propuesto no abandonar una de las tradiciones más ricas que tienen: el pastoreo. La falta de relevo generacional y el abandono de las zonas rurales amenazan la continuidad de una labor esencial para preservar el equilibrio ambiental. Es la realidad de la España olvidada y revertir esta situación es el objetivo de estas Escuelas de Pastoreo, como La Estiva, ubicada en el valle de Chistau.
El paisaje rural pierde parte de su esencia sin una de sus imágenes míticas, el pastor, y es que la importancia de este oficio es vital. Con la extinción de esta profesión no sólo se va una seña de identidad del campo, su desaparición genera fuertes desequilibrios como apunta en COPE Roberto Serrano, el alcalde de San Juan de Plan en el valle de Chistau. “Es una carencia para el municipio pero simplemente porque es una carencia general”, explica.

Aulario de la Escuela de Pastoreo de Aragón 'La Estiva', en San Juan de Plan (Huesca)
“Creo que cualquier municipio de estas características, el medio rural en general, esté donde esté, aunque no sea una zona de montaña”. Asegura Serrano que “la ganadería ha bajado en toda España muchísimo y entonces hemos pasado de que era la actividad económica principal del medio rural a que hoy no lo es”.
Una idea olvidada de 2002
La idea fue de Federico Fillat, un ingeniero agrónomo que decidió crear en el año 2002 una escuela de pastoreo junto al IPE (Instituto Pirenaico de Ecología): tras un periodo de formación, el campo contaría con su relevo generacional. Pero la falta de apoyos de las instituciones impidieron que se realizara el proyecto, hasta que en 2015 el Ayuntamiento de este municipio, con el apoyo de la Diputación de Huesca, crearon La Estiva la primera Escuela de Pastoreo de Aragón. Roberto, el actual director, lo recuerda en La Linterna.
“Lo que hicimos fue retomar una idea que ya tenía bastante tiempo, nosotros habíamos entonces contribuido a ese proyecto y nos quedamos con esa idea, y lo que ocurre es que a partir de 2015 el ayuntamiento de San Juan de Plan retoma ese proyecto con la idea de mejorarlo, de ver qué es lo que había fallado, generar un proyecto que estuviera bien construido”.

Rebaño de ovejas
La escuela surge de las carencias identificadas en el sector, aunque han tenido que actualizar su contenido después de analizar la evolución del campo. Se trata de una materia donde no existe formación reglada y el valle, ubicado en la comarca de Sobrarbe, al norte de Aragón, es un lugar privilegiado para la ganadería extensiva. Muchos de los alumnos que deciden recibir esta formación cuentan con tradición familiar ganadera.
“Del alumnado hay personas que vienen ya con una tradición familiar y lo que buscan aquí es tener una formación un poco más técnica para hacer el relevo, para coger ese testigo de su padre o de su tío o de su abuelo y hacerlo con criterios de siglo XXI”, explica Roberto a Expósito.
Alumnos de toda España
Otros pueblos curiosos
Hay 10 alumnos por cada promoción. Todos ellos buscan aprender, conocer y trabajar desde el primer momento con los rebaños. El curso consta de 860 horas, repartidas entre clases teóricas y prácticas en montaña, y manejo de ganado en puerto, tutorizadas por profesionales del sector.
“Aprovechando la capacidad ganadera que tiene el pueblo y nuestro valle, convertir a muchos de nuestros ganaderos, sino aprovecharlos como potenciales tutores para que si creábamos un proyecto de este tipo, cuando llegara el alumnado, que los propios profesionales del sector fueran quienes tutorizasen a esos alumnos”, apunta Roberto.
A lo largo de siete meses, La Estiva proporciona formación profesional en el campo de la ganadería extensiva. Este curso responde al perfil técnico del pastoreo que se denomina “multiactivo”.
“Hoy en día, una persona de manera activa que se dedique a esto ha de entender que pastorear significa gestionar un rebaño, gestionar tu propio negocio, pero es que además tienes que saber arreglar la placa solar que tienes en la cabaña, conocer el medio que estás pisando, los puertos”.
Dejar el trabajo en Correos para ser pastor
Los alumnos, cuyas edades oscilan entre los 19 y 41 años, proceden tanto del mismo municipio como del resto de España. Durante el curso, el pueblo recibe a gente como Saúl que tiene 34 años y decidió dejar su trabajo en una oficina para ser pastor, como él mismo cuenta.
"Me gustaría montar una quesería con un rebaño propio de cabras y poder gestionarlo"
Alumna de pastoreo de La Estiva
“La oportunidad de hacer red aquí en el pueblo, que es un sitio que al ser de ciudad y no tener familia es difícil entrar y aterrizar más allá de la figura del turista”. Para Saúl poder estar en el pueblo entre semanas y conocer a la gente “ayudarlos, trabajar con ellos, es algo que me enriquece mucho”. El alumnado aprende mano a mano con los pastores de la zona. De esta manera comparten experiencias sobre un trabajo en el que hay que gestionar cuestiones tan importantes como la responsabilidad hacia el entorno y los animales, la autonomía personal.
Juan es un alumno de Madrid que tiene 24 años: “Estás con los ganaderos, un poco asimilas su forma de ser, su sensibilidad, la manera en que reaccionan y toman decisiones. Y vas viendo cómo se gestionan distintas explotaciones y la verdad es que está muy interesante”.
Otros estudiantes como María se preparan para emprender su propio negocio. “Mi objetivo laboral es sobre todo ganar experiencia con el pastoreo y el manejo de animales y a medio plazo me gustaría poder montar una quesería con un rebaño propio de cabras y poder gestionarlo de manera autónoma”.
La Estiva es una Escuela de Pastoreo en el valle de Chistau, dirigida a personas que quieren acercarse al sector agroganadero con un planteamiento profesional, ya sea porque desean emprender un proyecto o buscan un empleo en el sector como pastor de montaña. La Estiva reivindica una forma de vida que se resiste a desaparecer.