La semana después: El apagón inesperado que no frenó la fiesta de graduación de Medicina en Santiago "Una noche para el recuerdo"

La promoción 2019-2025 de Medicina de la Universidad de Santiago vivió una jornada de graduación que quedará grabada en la memoria de todos sus protagonistas.

Lo que debía ser un día perfectamente organizado estuvo a punto de venirse abajo por el famoso apagón generalizado en toda España. Sin embargo, la determinación de los estudiantes convirtió el contratiempo en una celebración inolvidable. 

La jornada comenzó con las tradicionales fotos en la Praza da Quintana. 

A las 11:00 horas, los cerca de 360 estudiantes posaban sonrientes, rodeados de familiares, mientras lanzaban al aire sus bandas amarillas, un gesto simbólico del cierre de una etapa. A las 12:00 se trasladaron al Palacio de Congresos de Santiago para el acto oficial, presidido por el rector de la USC, Antonio López. Todo iba según lo previsto hasta que, a las 12:35, mientras intervenían los padrinos del evento —Juan Suárez Quintanilla, Inés Sánchez Sollero y Ana Bermejo Barrera—, el recinto quedó a oscuras.

El corte de luz también afectó al micrófono, lo que obligó a continuar el acto a viva voz. Aunque la electricidad regresó al poco tiempo, el sonido tardó más, pero tanto los padrinos como los representantes estudiantiles siguieron adelante sin dudarlo. 

La comida familiar también se adaptó a la situación. Algunos platos no pudieron servirse, pero el buen ambiente animó el día.

Ya por la tarde, sin conexión telefónica y sin saber si la fiesta nocturna se celebraría, los estudiantes optaron por seguir con el plan inicial. 

A las 20:30 se reunieron en la estación de autobuses para dirigirse al pazo de Vista Alegre, en Vedra. Todos estaban listos, así que, se fueron sin saber qué se iban a encontrar.

Para su sorpresa, el pazo contaba con generadores que permitieron que tanto la cena como la música se mantuvieran, aunque con algunos ajustes. Pero no faltó la música.

La fiesta continuó hasta las 6:00 de la mañana. Al regresar a Santiago, ya con cobertura, comenzaron a llegar los mensajes pendientes del día anterior. Aunque algunas tradiciones, como recorrer las aulas con música, no pudieron cumplirse al suspenderse las clases del martes, el espíritu de celebración permaneció intacto. “Lo importante era celebrar juntos, y eso no se apagó”, concluyen los estudiantes.

Sobre su futuro, lo tienen claro: arrancan una nueva etapa cargada de compromisos con la sociedad y con ganas de humanizar y acercar la medicina a sus pacientes.