Álvaro Serrano, el sacerdote extremeño que vive la espera del nuevo Papa en el Vaticano

El sacerdote Álvaro Serrano Bayán, es de las Villuercas, de Castañar de Ibor, bendecido por la Virgen de Guadalupe, patrona de los Extremeños.

Desde el corazón del Vaticano, donde actualmente estudia comunicación, observa con sobrecogimiento cómo el mundo entero dirige su mirada a la Santa Sede ante la inminente celebración de un nuevo cónclave.

En la Plaza Pía, se ha instalado un gran escenario con hasta tres platos de televisión, todos orientados hacia el balcón central de la Basílica de San Pedro, desde donde se anunciará al nuevo Pontífice.

Para Álvaro, este despliegue mediático no es solo una muestra del interés informativo: “Todo esto significa que interesa lo que hay detrás, y lo que hay detrás es un gran amor. Ya amamos al que será el sucesor de Pedro”, afirma.

Hoy, además, se ha cumplido una de las tradiciones más significativas en estos momentos previos al cónclave: los bomberos del Vaticano han instalado la chimenea desde la que saldrá,  la esperada fumata blanca.

Álvaro Serrano, con una trayectoria vocacional marcada por un giro radical —de ingeniero aeronáutico y  directivo en Iberia a sacerdote rural en Extremadura—, vive ahora en el centro del mundo católico.