Valencia Basket no hace dudar al líder y cae sin plantear batalla en Madrid (96-89)

Para ganar en la pista del Real Madrid hay que creer, eso lo primero. Después, estar muy bien, pero sin convicción es cuestión de tiempo que los blancos impongan su pedigrí. Por eso, con una defensa cumplidora, el líder sumó su decimoctava victoria consecutiva en ACB y dejó a Valencia Basket con la sensación de falta de ambición o moral para empresas grandes. Empezó el partido con triple de Ojeleye y con los blancos buscando a Tavares, algo que frecuenta poco. Pradilla intentó sacarlo con un triple, pero no entró y volvió uno de Musa, para el 5-3. Badio empató y enseguida Tavares rompió la canasta con un mate salvaje. El gigante, cuando el juego gravita sobre él, hace más peligroso a su equipo. O mata o atrae y libera para los demás. Campazzo fue el beneficiado para un 13-7 local.

Reuvers y Puerto igualaron con triples a 13, para frenar un primer tirón madridista, con las piernas y la energía de Andrés Feliz, Hugo González y Eli Ndiaye. La máxima después de un triple del dominicano, 23-14. Demasiados puntos encajados, porque en el intercambio de golpes cuesta resistirle el ritmo al Madrid. Mate del angoleño Fernando, 25-15, menos diez. En pintura, 16-4. Bocinazo de Montero para minimizar daños al final de los diez primeros minutos, 27-20.

No empezó mucho mejor el segundo acto. Matazo, el tercero de los blancos, de Fernando, después de hacer volar a Brimah. En la pintura, muchos problemas para resistir el músculo con Reuvers, Brimah o Sestina. 33-26, menos once. Menos doce, después de un rebote ofensivo y triple de Hezonja. 36-28, minuto 14. Problemas. Una buena defensa, con transición y mate de Ojeleye dio confianza. Montero redujo a cuatro tras seguir un lanzamiento de Semi y cazar el rebote ofensivo. Minuto de Chus Mateo. Triple de Campazzo, transición de Pradilla y otra de Hezonja. Intercambio de golpes, otra vez peligro. 41-34. Afortunadamente, los taronja fueron capaces de forzar pérdidas y correr, en lo que son buenos. Así pulieron diferencias para irse a vestuarios 46-44. 

Costello, con tiro a tres metros, inauguró cuarto. Pero dos rebotes ofensivos blancos trajeron dos triples. El Madrid castiga. 52-46. Y si corre, te sacude. 55-48, en tres minutos. Pradilla encontró su forma de hacerle daño a Tavares, corriéndole, y Valencia Basket contuvo una fuga. Pero cada imprecisión tenía penalización de los campeones de Liga. 64-55. Menos nueve. Ojo. Llegó otra reacción valenciana, corriendo, con transiciones de Reuvers y de Puerto. 64-59.  Pero tanto ir remolque desgasta y Feliz, con su potencia y determinación, se comió a Montero en un par de acciones que pusieron once de distancia en el treinta, 74-63. 28 encajados. Demasiados. Uno más que en el primer cuarto. 

Hugo González aprovechó para hurgar en la herida. Una canasta fácil y una asistencia a Musa en un despiste defensivo, más trece para los blancos. El colchón, cada vez más gordo. Ndiaye, desde la esquina, 85-69, dieciséis de ventaja, minuto 34. Sin faltas gastadas por los de Pedro Martínez. Falta de convicción evidente, que el Madrid puso en evidencia con un marcador sonrojante, 91-82, a 4:46, con el matazo de Tavares. O relajación de unos, o mejora de otros, o las dos cosas, Valencia Basket se puso a nueve, 94-85,  a poco más de un minuto. Mateo no se inquietó y sentó a Feliz, su mejor hombre, con 20 puntos, su actuación más destacada de la 24/25. Para mirárselo también.