La reacción de Pedro Sánchez a su ausencia en el funeral del Papa Francisco: la jornada laboral antes del 1 de mayo
A partir de ahí, la medida estrella necesita votos en el Congreso y Junts sigue sin estar por la labor

Ricardo Rodríguez cuenta cómo el Gobierno trata de pasar página de distintas controversias, entre ellas la renuncia de Sánchez a ir al funeral del Papa Francisco
Madrid - Publicado el
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El Gobierno de Pedro Sánchez se esfuerza en pasar página de las recientes controversias que han sacudido su imagen pública. Entre ellas, una de las más sensibles ha sido la ausencia del presidente en el funeral del Papa Francisco, un acto que reunió a mandatarios de todo el mundo y en el que la falta de representación española al más alto nivel no ha pasado desapercibida.
Desde La Moncloa consideran que la polémica está superada. "Nada de dar aún más hilo a la cometa", aseguran en el entorno presidencial, que interpreta el episodio como cerrado tras la agenda oficial que Sánchez mantuvo durante esa jornada. El jefe del Ejecutivo recibió al presidente de Chipre, Nikos Christodoulides, en una muestra de actividad diplomática que buscaba contrarrestar la imagen de vacío institucional proyectada por su renuncia a acudir a Roma.
Posteriormente, Sánchez se volcó en destacar su gestión económica en un contexto internacional marcado por la inestabilidad comercial. Se trataba de evidenciar que el Gobierno seguía en marcha, centrado en los problemas reales de los ciudadanos.
La jornada laboral como cortafuegos
El Ejecutivo socialista ha encontrado en la reducción de la jornada laboral su gran baza para reconducir el foco mediático. El Consejo de Ministros aprobará mañana, en segunda vuelta, el texto que pretende rebajar el número de horas semanales trabajadas, una iniciativa que ha sido presentada como un "hito social" en vísperas del Día Internacional de los Trabajadores.
Sin embargo, el camino no está despejado. Como ha recordado Ricardo Rodríguez, "A partir de ahí, la medida estrella necesita votos en el Congreso y Junts sigue sin estar por la labor". La falta de apoyos parlamentarios suficientes pone en riesgo que esta propuesta, que el Gobierno quiere utilizar para recuperar la iniciativa política, llegue finalmente a buen puerto.
A pesar de ello, en La Moncloa insisten en la necesidad de "blandir la reforma" para marcar la agenda política de los próximos días. El objetivo inmediato es llegar al 1 de mayo exhibiendo un logro tangible que conecte con la base social del Partido Socialista y que permita neutralizar la sucesión de crisis que han salpicado al Ejecutivo en las últimas semanas.
La decisión de Sánchez de no acudir a las exequias papales no es el primer episodio en el que su estrategia de comunicación ha buscado cerrar frentes rápidamente para evitar desgastes prolongados. La prioridad ahora es mirar hacia adelante y consolidar una imagen de Gobierno activo y resolutivo.
Mientras tanto, el entorno presidencial se muestra confiado en que la ciudadanía valore más los logros económicos y sociales que los gestos simbólicos. No obstante, queda en el aire si esta nueva polémica acabará pesando en el ánimo de un electorado cada vez más exigente y menos dispuesto a olvidar.